La doble alma del vino de Emilia Romagna
Emilia Romaña encierra en sí misma dos almas enológicas distintas pero complementarias, que hacen de esta región un territorio único en el panorama vitivinícola italiano. Al oeste, Emilia, con sus vivos Lambruscos y vinos espumosos que encarnan la convivencia; al este, Romaña, con su Sangiovese territorial y estructurado. Nuestra selección celebra las dos caras de esta generosa región, donde la tradición y la innovación se unen para crear vinos con carácter y personalidad.
El universo Lambrusco: mucho más allá de los estereotipos
El Lambrusco es un mundo variado y fascinante, muy lejos de los estereotipos del pasado. En nuestra colección encontrará las mejores expresiones de las diferentes variedades: desde el elegante y floral Sorbara de Paltrinieri hasta el más estructurado Grasparossa di Castelvetro de Cleto Chiarli. No faltan las interpretaciones contemporáneas, como el «Montelocco» de Venturini Baldini o el premiado «Concerto» de Medici Ermete, vinos que demuestran la excelencia alcanzada por esta variedad cuando se trabaja con pasión y competencia.
El Sangiovese de Romaña y otras joyas autóctonas
En la vertiente de Romaña, el Sangiovese expresa un carácter distintivo con respecto a sus primos toscanos. Bodegas como Villa Venti y Chiara Condello revelan un perfil más mediterráneo, con notas de frutos rojos, hierbas aromáticas y una elegante trama tánica. Nuestra colección también incluye valiosas expresiones de otras variedades autóctonas, como la Barbera emiliana, magistralmente interpretada por Al di là del Fiume y Cantine Ceci, o la Bonarda dei Colli Piacentini de Torre Fornello y Castello di Luzzano. Para los aficionados que buscan vinos distintivos, Emilia Romagna ofrece un patrimonio varietal que combina una tradición arraigada, una innovación respetuosa y un vínculo incomparable con la cultura gastronómica local.
