La perla blanca de las montañas
Auténtico tesoro enológico alpino, la Petite Arvine encarna la esencia de la viticultura de alta montaña. La colección Tannico realza esta rara variedad autóctona, cultivada con dedicación en el Valle de Aosta y en el Valais suizo, que da vinos con un inconfundible toque mineral, una estructura sorprendente y una identidad aromática única que combina notas cítricas, toques florales y esa distintiva sapidez que representa la firma territorial de los vinos de alta montaña más auténticos.
Dos lados de los Alpes, una sola alma
En el Valle de Aosta italiano, la Petite Arvine se conserva como patrimonio identitario en pequeños viñedos en terrazas, a menudo heroicos, donde la variedad expresa intensas notas cítricas y una mineralidad penetrante. En el
Valais suizo, su tierra de origen histórica, se celebra como vino símbolo de la región, con interpretaciones que van desde las versiones más inmediatas y fragantes hasta los vinos más complejos y longevos.
En ambos territorios, los suelos graníticos, las fuertes variaciones térmicas y la óptima exposición solar confieren a los vinos una tensión gustativa excepcional y un carácter inimitable.
Sensaciones alpinas en botella
La selección Tannico explora el perfil organoléptico distintivo de la Petite Arvine: el inconfundible final sabroso y casi salado que persiste en boca, la riqueza aromática que evoca pomelo rosa, glicinia, hierbas alpinas y miel de alta montaña, la importante estructura que sustenta una notable capacidad de envejecimiento. Vinificado principalmente en acero para preservar la pureza varietal, en las interpretaciones más articuladas puede beneficiarse de breves pasados por madera o sobre lías finas, que amplifican su complejidad y potencial evolutivo sin sobreponerse nunca a la identidad territorial.
Viticultores de montaña: pasión y territorio
Nuestra selección reúne a productores que han dedicado su pasión y experiencia a la valorización de esta variedad de nicho. Se presta especial atención a las pequeñas explotaciones artesanales que cultivan sus viñedos siguiendo prácticas sostenibles, a menudo en laderas escarpadas y a altitudes que desafían los límites de la viticultura tradicional.
