El reinado indiscutible del rosado
La Provenza, bañada por el Mediterráneo y con más de 3000 horas de sol al año, es la cuna mundial del vino rosado. En este territorio, donde los viñedos se entremezclan con extensiones de lavanda y olivares, la producción de rosados de calidad es una tradición milenaria. Los suelos calcáreos, el clima seco mitigado por la brisa marina y el mistral, un viento fresco que purifica los viñedos, crean las condiciones ideales para vinos de extraordinaria frescura y elegancia.
Finesse y precisión aromática
Los rosados provenzales se distinguen por su delicado color «melocotón», su extraordinaria finesse aromática y su estructura sabrosa. Mezcla de variedades mediterráneas como Garnacha, Cinsault, Monastrell y Syrah, estos vinos expresan notas cítricas, pequeños frutos rojos y delicados matices florales y salinos. Las denominaciones más prestigiosas, como Côtes de Provence, Bandol y Palette, garantizan producciones del más alto nivel, perfectas no solo como vinos de verano, sino como auténticos vinos gastronómicos que acompañan maravillosamente a la cocina mediterránea.
Más allá del rosado
Aunque la fama de la Provenza está ligada principalmente a los rosados, nuestra selección también destaca los blancos aromáticos a base de Rolle (Vermentino) y Clairette, caracterizados por su frescura y notas de hierbas mediterráneas, y los tintos estructurados y especiados de Bandol, donde reina el Mourvèdre. Desde los productores históricos que han definido el estilo provenzal hasta los viticultores que experimentan con prácticas orgánicas y biodinámicas, los vinos de Provenza representan la esencia misma del Mediterráneo: luminosos, elegantes e increíblemente versátiles.
