Un mosaico de territorios y tradiciones
El Véneto es una de las regiones vinícolas más versátiles y productivas de Italia, un auténtico caleidoscopio de paisajes, variedades de uva y técnicas de vinificación. Desde las colinas del Prosecco hasta el Valpolicella, este territorio ofrece una increíble variedad de microclimas y terruños que se traducen en vinos de extraordinaria diversidad. Una región donde la tradición y la innovación dialogan constantemente, dando vida a etiquetas que han conquistado los mercados mundiales, sin perder el fuerte vínculo con sus raíces.
Desde los blancos efervescentes hasta los tintos de meditación
El Véneto es una tierra de grandes contrastes: si las colinas de Conegliano y Valdobbiadene han convertido al Prosecco en un fenómeno mundial, con sus burbujas frescas y afrutadas, Valpolicella representa la otra cara de la moneda con sus tintos profundos y estructurados. El Amarone, obtenido del secado de las uvas, es un vino de extraordinaria complejidad y longevidad, mientras que el Soave, con sus blancos elegantes y minerales, ha sabido hacerse un hueco de excelencia en el panorama de los blancos italianos.
No menos importantes son el Bardolino, el Lugana y el Valpolicella Ripasso, cada uno de ellos expresión única de su territorio.
Las bodegas de referencia en la selección Tannico
Nuestra selección de Véneto se enriquece con los nombres más prestigiosos de la región: Masi, referencia histórica del Amarone y la técnica del appassimento; Allegrini, símbolo de excelencia en Valpolicella; y Dal Forno Romano, productor de algunos de los Amarone más codiciados del mundo. En cuanto al Prosecco, Bisol y Ruggeri representan la máxima calidad, mientras que Pieropan e Inama son maestros indiscutibles del Soave.
En cuanto a los blancos del Garda, Cà dei Frati con su Lugana y, en cuanto a los vinos de los Colli Euganei, Vignalta, completan un panorama de extraordinaria riqueza enológica.