AKASHI - WHITE OAK DISTILLERY

La historia del whisky japonés está estrechamente ligada a la del joven estudiante de química Masataka Taketsuru, que viajó a Escocia tras la Primera Guerra Mundial para aprender a fabricar licores de malta. A su regreso, Taketsuru decidió crear la destilería Nikka, que ahora es famosa por la alta calidad de sus licores de malta. Aunque Taketsuru es considerado el padre del whisky japonés, no fue el primero en destilar whisky en Japón.
De hecho, la "White Oak Distillery", fundada a finales del siglo XIX, concretamente en 1888, comenzó a producir whisky, aunque en pequeñas cantidades, ya en 1919. Posteriormente, en 1984, con la construcción de una nueva y moderna planta, la "Destilería del Roble Blanco", situada en la ciudad de Akashi y ahora propiedad de la empresa Eigashima, se convirtió en una de las más importantes destilerías japonesas de whisky de malta.
Establecida como una destilería conocida por la producción de sake y shochu, Eigashima también se hizo famosa por la producción de whisky, que se elabora en las instalaciones de la destilería White Oak. Hasta 2007, la destilería producía única y exclusivamente Blended Whisky, a los que recientemente se han añadido algunos Single Malt Whisky.
El Whisky se somete a un proceso de doble destilación, siguiendo cada paso de forma cuidadosa y rigurosa. A continuación, el Whisky se envejece en barricas de roble, donde el destilado adquiere su característico color ámbar, así como todos los matices organolépticos que lo distinguirán, tanto en el aroma como en el sabor. Madurados durante un mínimo de tres años y un máximo de ocho, los whiskies de la destilería White Oak se encuentran, sin duda, entre los mejores licores disponibles actualmente en Japón. Unos whiskies sencillamente excelentes.

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