El equilibrio perfecto entre dos océanos
Acariciados por las brisas del Atlántico y del Índico, los viñedos sudafricanos producen vinos blancos con una identidad única y reconocible. La colección Tannico explora esta fascinante región vinícola donde las antiguas tradiciones europeas se unen con un terruño y unas condiciones climáticas irrepetibles, creando vinos de extraordinaria frescura y complejidad que combinan lo mejor del Viejo y del Nuevo Mundo.
Las variedades de uva protagonistas: carácter y finura
La Chenin Blanc, auténtico patrimonio nacional, expresa una versatilidad extraordinaria: desde versiones frescas y afrutadas hasta interpretaciones complejas y estructuradas. El Sauvignon Blanc sudafricano impresiona por su equilibrio y elegancia, especialmente el de Constantia y Elgin, mientras que el Chardonnay ha encontrado en los terruños de Walker Bay y Hemel-en-Aarde su máxima expresión de finura mineral y profundidad aromática.
Los maestros del blanco sudafricano: tradición y sostenibilidad
La selección Tannico rinde homenaje a productores emblemáticos como Hamilton Russell, pionero del Chardonnay de clase mundial, y Mullineux, referente de la excelencia del Chenin Blanc. No faltan las refinadas interpretaciones de Boekenhoutskloof y las elegantes expresiones de Crystallum, que representan la vanguardia cualitativa de un país en continua evolución, cada vez más atento a la sostenibilidad medioambiental y a la expresión auténtica de sus extraordinarios terruños.