En la zona suroeste de Montalcino se encuentra la finca Case Basse, que se extiende sobre una superficie total de 23 hectáreas y pertenece desde principios de los años 70 a Gianfranco Soldera y a su esposa Graziella. Impulsados desde el principio por el deseo de producir un Brunello di Montalcino de la más alta calidad, Gianfranco y Graziella pusieron en marcha un proyecto basado en profundas convicciones, en el que la naturaleza y el ecosistema representan los dos pilares indiscutibles. Partiendo de esta base, la cultura y las antiguas tradiciones se combinan con la innovación y la investigación, creando un binomio inseparable que se refleja tanto en el viñedo como en la bodega. Entre las hileras, las vides no conocen ni herbicidas ni fitosanitarios, y se fertilizan exclusivamente con sustancias orgánicas. La extensión de los viñedos es reducida para permitir el trabajo manual y la vendimia en poco tiempo.
La poda es doble: la de invierno, corta, y la verde. El aclareo de la uva y un deshojado otoñal limitado favorecen la iluminación de los racimos y la maduración óptima del fruto. En los viñedos, el protagonista absoluto es el sangiovese, la variedad que más ha contribuido a la fama mundial de la zona de Montalcino. En la bodega, la vinificación se lleva a cabo en cubas de roble de Eslavonia, sin añadir nunca levaduras seleccionadas. Por último, el envejecimiento, que puede prolongarse hasta cinco años, se lleva a cabo en grandes barricas, también de roble de Slavonia. Así nacen los vinos con la etiqueta Soldera, vinos tintos de altísima calidad y caracterizados por una gran elegancia, capaces de aumentar su prestigio y ofrecer sugerencias cada vez mayores con el paso de los años.
El Brunello di Montalcino Riserva DOCG «Case Basse» es sin duda uno de los vinos italianos de mayor éxito, conocido en todo el mundo y reconocible gracias a su inconfundible etiqueta que representa el delfín, símbolo sagrado del dios Dioniso, diseñada por el pintor Pietro Leddi.
Los vinos de Soldera tienen un gran potencial de envejecimiento y son perfectos para celebrar las ocasiones más importantes, después de haberlos guardado celosamente en la bodega durante al menos una década.