OLMECA ALTOS

Los nombres con los que podemos empezar a contar la historia de Olmeca Altos Tequila son los de Andrés Masso y Henry Besant. Dos bartenders, unidos por su pasión y amor por los cócteles y los tragos largos, y por el mundo de los destilados en general. Dos amigos que, a lo largo de los años, han mejorado con perseverancia y determinación, consiguiendo ganar importantes premios y reconocimientos.
Este fue el punto de partida del que partieron Andrés Masso y Henry Besant para hacer una importante consideración propia: que el mundo del tequila ofrecía interesantes márgenes de crecimiento. Aquí es donde entra el tercer nombre, el de Jesús Hernández, un maestro tequilero que junto con Andrés Masso y Henry Besant creó el proyecto "Olmeca Altos", destinado a producir tequila de alta calidad.
En el centro de todo está una estricta y escrupulosa selección de las materias primas, de modo que sólo las mejores plantas de agave azul Weber -con sus hojas azules espinosas- son elegidas para producir el Tequila "Olmeca Altos".
Cosechadas a más de 2.000 metros de altitud, en suelos volcánicos ricos en sales minerales, las plantas de agave se cortan a mano sólo cuando han alcanzado los ocho años de edad. Después, una vez cortadas las hojas en dos, se cuecen en hornos de ladrillo durante tres días. Una vez cocido, el agave se tritura y se prensa, y luego se deja fermentar utilizando únicamente levaduras autóctonas. A continuación, el zumo fermentado se somete a un proceso de doble destilación en alambiques de cobre y, finalmente, se embotella para el Tequila Blanco o se envejece en barricas de roble para el Tequila Reposado. El resultado es un destilado de la más alta calidad, un tequila que es uno de los mejores de México.

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