KAIKYO DISTILLERY

La producción de whisky en Japón ha tenido una trayectoria muy interesante en los últimos veinte años. De hecho, en esta nación del Lejano Oriente, la epopeya de la maltería comenzó mucho antes del nuevo milenio. De hecho, desde los años 20, sobre todo en la prefectura de Osaka, era habitual dedicarse a la destilación de malta de cebada, obteniendo productos de excelente calidad. A partir de entonces, el whisky japonés inició un lento pero constante ascenso, gracias también a la creación de varias destilerías que, entre los años 70 y 80, además de dedicarse a la creación de licores locales, observaron con interés la evolución del whisky escocés, tratando de captar sus secretos más ocultos, para poder estar a la altura de las últimas innovaciones y técnicas.
A principios del nuevo milenio se alcanzó una fecha verdaderamente histórica: en 2001, un whisky japonés fue elegido el mejor producto del mundo por el comité de los World Whisky Awards. Este fue un momento decisivo, que marcó el paso en el que el alumno, Japón, superó al maestro, Escocia.
Entre las diversas empresas dedicadas a la producción de whisky, uno de los nombres más recientes en el panorama japonés es la destilería Kaikyo, cuyo nombre procede del puente Akashi-Kaikyo, la estructura más larga del mundo que conecta Kobe con la isla de Awaji. Se trata de una empresa propiedad de la familia Yonezawa, que ya es fundadora de una línea de Sake que se centra en la calidad de las materias primas y en el uso de las últimas innovaciones tecnológicas.
La línea de Whisky producida hasta ahora se llama "Hatozaki", y consta de dos etiquetas, un Blended y un Pure Malt, capaces de excitar el paladar de los aficionados con notas y perfiles diferentes gracias a los distintos periodos de envejecimiento. Dos productos perfectos para disfrutar directamente después de la cena, o por qué no también en combinación con unos cubitos de hielo o en un Highball con soda.

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