ISLE OF HARRIS

La destilería de la isla de Harris es obra de Anderson Bakewell, quien, tras pasar varias décadas en estrecho contacto con la propia isla y la gente de su comunidad, tuvo la idea de "embotellar" literalmente el escurridizo espíritu de la isla de Harris y compartirlo con el mundo. De hecho, además de la intención poética y romántica, hay otros propósitos detrás de la creación de la destilería de la isla de Harris. De hecho, a lo largo de las décadas, el propio Anderson, junto con muchos otros isleños, ha sido testigo, lamentablemente, de un continuo éxodo de jóvenes de la isla que, tras dejar su tierra natal para buscar fortuna en otro lugar, no han podido volver a casa, dando lugar a un proceso que ha visto cómo la población de la isla se ha reducido a la mitad. Por ello, Anderson llegó a pensar que una destilería podría ser un motivo importante para detener este éxodo continuo y constante.
De la teoría Anderson pasó a la práctica y, tras reunir a su alrededor a un grupo de personas afines, se puso a trabajar hasta el 24 de septiembre de 2015, día en que se abrieron oficialmente las puertas de la destilería de la isla de Harris por primera vez. Las celebraciones fueron importantes y los diez primeros fundadores de la destilería se fijaron el objetivo de duplicar el número de empleados de la empresa en cinco años. En 2020, la destilería de la isla de Harris contará con cuarenta empleados permanentes, lo que en una isla con una población total de menos de dos mil habitantes es todo un logro. Como catalizador del cambio en la comunidad, la destilería de la isla de Harris sigue trabajando para dar nueva vida a la isla y apoyar los retos del siglo XXI.

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