HENRIQUES & HENRIQUES
Henriques & Henriques fue fundada en 1850 por João Gonçalves Henriques, miembro de una histórica familia de Camara de Lobos, propietaria de los más renombrados viñedos de la isla de Madeira; a su muerte, sus hijos Francisco Eduardo y João Joaquim Henriques heredaron la empresa.
Desde sus inicios, Henriques & Henriques ocupó un lugar destacado en el mundo de la viticultura, produciendo Madeira de la más alta calidad. Madeira, vino fortificado de origen fortuito, tiene una historia centenaria. Gracias en parte a los suelos volcánicos ricos en magnesio, el vino producido en la isla portuguesa siempre ha sido notable, hasta el punto de que, en la década de 1600, comenzó a enviarse a las colonias del Nuevo Mundo.
Ya en estas primeras expediciones se observó que los barriles que volvían a la isla tras un viaje de meses, acunados por el mar en bodegas tostadas por el sol, contenían un vino mejor que el original: inusualmente, el oxígeno y el calor lo hacían muy apreciado. Su valor fue pronto reconocido y el 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos con un vaso de ella. Henriques & Henriques es la única empresa de la isla portuguesa que cuenta con viñedos propios, que cubren alrededor del 15 % de sus necesidades, y luego la empresa recurre a los agricultores para el resto.
La producción actual de Madeira es de alrededor de un millón de botellas al año; desde su fundación, la empresa ha interpretado el fino vino fortificado de la misma manera, haciéndolo dulce, potente y muy concentrado y, para su envejecimiento, utilizando barriles que antes contenían whisky irlandés. Hoy en día Henriques & Henriques está dirigida por los socios y colaboradores de João Joaquim Henriques, hijo del fundador fallecido en 1968, y el stock de añadas antiguas disponible es ciertamente de gran interés: Sercial de 1964, Bual de 1954 y 1957, Verdelho y Malmsey de 1934, y una verdadera joya, Malmsey de 1900.
Desde sus inicios, Henriques & Henriques ocupó un lugar destacado en el mundo de la viticultura, produciendo Madeira de la más alta calidad. Madeira, vino fortificado de origen fortuito, tiene una historia centenaria. Gracias en parte a los suelos volcánicos ricos en magnesio, el vino producido en la isla portuguesa siempre ha sido notable, hasta el punto de que, en la década de 1600, comenzó a enviarse a las colonias del Nuevo Mundo.
Ya en estas primeras expediciones se observó que los barriles que volvían a la isla tras un viaje de meses, acunados por el mar en bodegas tostadas por el sol, contenían un vino mejor que el original: inusualmente, el oxígeno y el calor lo hacían muy apreciado. Su valor fue pronto reconocido y el 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos con un vaso de ella. Henriques & Henriques es la única empresa de la isla portuguesa que cuenta con viñedos propios, que cubren alrededor del 15 % de sus necesidades, y luego la empresa recurre a los agricultores para el resto.
La producción actual de Madeira es de alrededor de un millón de botellas al año; desde su fundación, la empresa ha interpretado el fino vino fortificado de la misma manera, haciéndolo dulce, potente y muy concentrado y, para su envejecimiento, utilizando barriles que antes contenían whisky irlandés. Hoy en día Henriques & Henriques está dirigida por los socios y colaboradores de João Joaquim Henriques, hijo del fundador fallecido en 1968, y el stock de añadas antiguas disponible es ciertamente de gran interés: Sercial de 1964, Bual de 1954 y 1957, Verdelho y Malmsey de 1934, y una verdadera joya, Malmsey de 1900.
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