FRANCOIS PEYROT

Cada día, desde la segunda mitad del siglo pasado -desde 1956 para ser exactos-, los coñacs de la Maison François Peyrot se crean con el máximo empeño, fruto de un "savoir-faire" transmitido de generación en generación, de padre a hijo durante décadas. Son el resultado de la pasión, el trabajo duro y la perseverancia, así como del amor por su tierra y su trabajo.
Las 25 hectáreas de viñedos donde se recogen las uvas con las que se elaboran los coñacs están situadas en la comuna de Jarnac, en la "Grande Champagne 1er Cru de Cognac", y se cultivan con el máximo respeto por el medio ambiente, la naturaleza y el ecosistema, favoreciendo la calidad sobre la cantidad. Entre las hileras de vides, la pasión por la viticultura es el motor de cada elección, y aunque nunca se renuncia a las tecnologías más modernas del sector, las prácticas agronómicas se adoptan de forma cuidadosa y prudente, pensando primero en la flora y la fauna, y excluyendo categóricamente el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.
Del viñedo a la bodega, el paso es corto, y cada día todo lo que tarde o temprano será embotellado bajo el nombre de "François Peyrot" es escrupulosamente controlado, "creado y criado" como si fuera un niño. Sumergida en la penumbra y la humedad, la esencia de la madera impregnada de alcohol evaporado parece casi el "perfume de los ángeles": así se cumple el misterio, con el nacimiento de coñacs únicos e inimitables, cuyas fragancias son dominadas por la infalible habilidad del "maitre de chai", el maestro bodeguero.
Además de los coñacs, la Maison François Peyrot produce también licores con sabor a fruta, Pineau de Charentes, Punchy y Cocktail, así como vinos y frutas en aguardiente con coñac. Una gama de productos para todos los gustos y todas las ocasiones: excelentes propuestas que, al mismo tiempo, cumplen siempre con los más altos estándares de calidad.