FAMIGLIA COTARELLA

El vínculo entre la Familia Cotarella y el mundo del vino tiene su origen en los años sesenta, cuando Antonio y Domenico Cotarella, viticultores en Monterubiaglio, fracción del municipio de Castel Viscardo en la provincia de Terni, crearon la primera bodega para la producción propia de vino. Los hermanos Renzo y Riccardo Cotarella, ambos enólogos crecidos en una tierra de largas tradiciones vinícolas, impulsados por la pasión del padre Domenico, luego fundaron Falesco en 1979, transformando lo que era una pequeña actividad familiar en una empresa vitivinícola exitosa para pasar a generaciones futuras. Aquí, entre las regiones de Umbria y Lazio, nacen vinos de un atractivo indiscutible, caracterizados por un estilo contemporáneo y al mismo tiempo por una particular longevidad. Vinos que en pocas décadas han llegado a ser embajadores de la Italia enológica en el mundo. La empresa se extiende actualmente en una superficie de viñedos que alcanza unas 280 hectáreas, a las que hay que añadir otras noventa hectáreas cultivadas en tierras arrendadas. En una zona de colinas formada por terrenos de origen volcánico, se cultivan tanto variedades autóctonas como uvas internacionales y por tanto entre los hilares se encuentran plantas de aleatico, trebbiano, malvasia, verdicchio, sangiovese y vermentino así como merlot, syrah, viognier y cabernet. Racimos cultivados en pleno respeto del medioambiente y del ecosistema, que se procesan en la bodega utilizando las herramientas enológicas más modernas y avanzadas, las cuales se emplean siempre sin desnaturalizar lo que el terruño y la estación han logrado expresar en el fruto. En 2016, Dominga, Marta y Enrica, las hijas de Riccardo y Renzo Cotarella, se hicieron cargo oficialmente de la gestión de la empresa y en 2017, para comunicar este cambio generacional, decidieron volver a diseñar toda la arquitectura de la marca que ahora luce el nombre de Famiglia Cotarella.