DOMAINE GARDIÉS
Una zona aislada y salvaje, cerca de las estribaciones de las montañas de Corbières, es el telón de fondo del Domaine Gardiés, en el Rosellón francés, donde los días transcurren en armonía entre la dureza de una naturaleza a veces primitiva, hostil e inculta, y la sabiduría de quienes son capaces de entender cómo, incluso de este territorio, se pueden obtener vinos dignos de una cuidadosa degustación. Como Jean Gardiés y su hijo, al frente del Domaine, que se guían a diario por su pasión por el viñedo y su amor por el terruño.
Nos encontramos al pie de las Corbières, en Espira de l'Agly, donde el subsuelo presenta esquistos negros alternados con componentes más calcáreos, mientras que los vientos mediterráneos son el termómetro de un microclima típico de toda la zona. Entre las hileras de vides, se cultivan diversas variedades de uva, algunas en parcelas de más de 70 años: en primer lugar, todas las variedades de garnacha -blanc, gris y noir-, además de syrah, roussanne, macabeo, malvoisie blanc, mourvèdre, cinsault y carignan. En el viñedo, la posición de Jean y de su hijo es muy clara: se da espacio a lo orgánico, con certificación AB, para buscar la más fiel expresión del suelo y sus infinitas ondulaciones, con el fin de llevar a la cosecha uvas auténticas y distintivas, sanas y llenas de propiedades organolépticas. El mismo enfoque se aplica también en la bodega, donde el trabajo humano debe ser sólo la parte final de un proceso que ya ha trazado su epílogo en el transcurso de la vendimia.
Una filosofía clara, que no admite matices, pero al fin y al cabo sencilla, porque se trata de hacer el vino como antaño, pero también haciendo uso de la tecnología y la maquinaria modernas, mejorándolo. El resultado es una gama variada de etiquetas, donde los tintos son los protagonistas, sobre todo "Les Vignes de Mon Père" y "Les Falaises", abanderados de un territorio que el Domaine Gardiès cubre principalmente dentro de la AOC Côtes du Roussillon.
Una filosofía clara, que no admite matices, pero al fin y al cabo sencilla, porque se trata de hacer el vino como antaño, pero también haciendo uso de la tecnología y la maquinaria modernas, mejorándolo. El resultado es una gama variada de etiquetas, donde los tintos son los protagonistas, sobre todo "Les Vignes de Mon Père" y "Les Falaises", abanderados de un territorio que el Domaine Gardiès cubre principalmente dentro de la AOC Côtes du Roussillon.
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