CASONI

Casoni es una de las destilerías y fábricas de licores más antiguas de Italia; situada en Finale Emilia, Módena, la empresa ha sabido transmitir su saber hacer de generación en generación en más de 200 años de historia, conservando no sólo una pasión innata por la producción de licores y bebidas espirituosas, sino también el amor por su tierra.
Casoni se fundó como un pequeño taller para la producción de licores y destilados artesanales, especializado en licores de anís. Se convirtió en una fábrica de pleno derecho en 1814 y la calidad de su amplia gama de licores y destilados típicos de la zona (entre ellos Anicetta, Anicione, Rosoli y Acquavite d'Anice), combinada con el espíritu de iniciativa de su fundador, Giovanni Casoni, convirtió inmediatamente a Casoni en una destilería de éxito.
Más tarde, en 1853, Giuseppe Casoni, hijo del fundador, abrió una pequeña tienda al por menor, contribuyendo así al éxito de Anicione Casoni, el producto estrella de la destilería.
Sin embargo, fue Enea Casoni quien realmente aceleró el éxito de la empresa; de hecho, a su regreso de la campaña rusa, inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial, reconstruyó la destilería y la dotó de nuevos equipos y productos. Además, gracias a su innato espíritu emprendedor, Enea también promovió la difusión de los destilados y licores de Casoni en Italia y en el extranjero, a través de puntos de venta capilares y muy eficaces, supervisados por numerosos agentes de venta situados en las distintas regiones.

En 1964, sin embargo, Enea Casoni falleció repentinamente y, a partir de ese momento, la dirección de la destilería pasó a manos de su hijo Mario, que ya desarrollaba una brillante carrera como piloto de carreras. Con Mario Casoni, que también recibió el título de Cavaliere del Lavoro, la empresa se consolidó definitivamente en el tejido social de la provincia de Módena, pero también en el sector empresarial italiano.
Más tarde, la empresa pasaría por diferentes propietarios, y no fue hasta 2016 cuando la empresa Casoni volvió a ser familiar. Paolo, el nieto de Mario, junto con un grupo de empresarios, recuperó finalmente la histórica destilería de la familia, dando también una fuerte señal a la economía local, que había sido probada por el terremoto que había golpeado previamente a Emilia en 2012.

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