CASCINA LA BADIA
"La badia" es una finca situada en el municipio de Montegrosso d'Asti, en el corazón de las tierras de Barbera d'Asti; está rodeada de colinas formadas en el Plioceno. El suelo se caracteriza por la presencia de capas margosas con alta presencia de caliza y capas de arena amarilla.
Allí, los viñedos cuidadosamente cultivados producen uvas que, cosechadas exclusivamente a mano, dan lugar a un vino que se identifica plenamente con la zona de producción y sigue su conocido vigor. La bodega, que perteneció durante más de un siglo a la familia Pia, históricos productores de vino de la zona, y que ahora es propiedad de los hermanos Ruggerone, se creó en 2013 con la renovación de una antigua casa típica de la zona, de ladrillos rojos, flanqueada por estructuras más modernas, que permiten procesar la uva y su producto con un espacio y unas características climáticas y de almacenamiento adecuadas.
La cuidadosa renovación y el mantenimiento de una parte de la estructura en el nivel inferior del suelo han permitido mantener y mejorar un entorno adecuado para la elaboración del vino, especialmente en términos de una temperatura constante y una humedad adecuada. Las salas parcialmente subterráneas permiten mantener una temperatura constante, ideal para el correcto afinamiento del vino en la madera, combinando así las exigencias de producción con el encanto de la arquitectura tradicional.
Pierangelo y Alberto, hijos de agricultores que en 1970 decidieron abandonar la agricultura para dedicarse a la industria, han decidido con sus familias volver a sus orígenes e invertir en la "tierra", haciendo realidad su sueño de convertirse en productores de vinos de calidad. Los vinos producidos por la empresa siguen la vocación del lugar, entre las propuestas encontramos un chardonnay "Gelso" parcialmente trabajado en acero y parcialmente en madera, un Barbera d'Asti Superiore que pasa quince meses en grandes barricas de roble, el Barbera d'Asti Ninssola que pasa sólo seis meses en roble y Floré, un vino tinto espumoso de uvas autóctonas.
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Allí, los viñedos cuidadosamente cultivados producen uvas que, cosechadas exclusivamente a mano, dan lugar a un vino que se identifica plenamente con la zona de producción y sigue su conocido vigor. La bodega, que perteneció durante más de un siglo a la familia Pia, históricos productores de vino de la zona, y que ahora es propiedad de los hermanos Ruggerone, se creó en 2013 con la renovación de una antigua casa típica de la zona, de ladrillos rojos, flanqueada por estructuras más modernas, que permiten procesar la uva y su producto con un espacio y unas características climáticas y de almacenamiento adecuadas.
La cuidadosa renovación y el mantenimiento de una parte de la estructura en el nivel inferior del suelo han permitido mantener y mejorar un entorno adecuado para la elaboración del vino, especialmente en términos de una temperatura constante y una humedad adecuada. Las salas parcialmente subterráneas permiten mantener una temperatura constante, ideal para el correcto afinamiento del vino en la madera, combinando así las exigencias de producción con el encanto de la arquitectura tradicional.
Pierangelo y Alberto, hijos de agricultores que en 1970 decidieron abandonar la agricultura para dedicarse a la industria, han decidido con sus familias volver a sus orígenes e invertir en la "tierra", haciendo realidad su sueño de convertirse en productores de vinos de calidad. Los vinos producidos por la empresa siguen la vocación del lugar, entre las propuestas encontramos un chardonnay "Gelso" parcialmente trabajado en acero y parcialmente en madera, un Barbera d'Asti Superiore que pasa quince meses en grandes barricas de roble, el Barbera d'Asti Ninssola que pasa sólo seis meses en roble y Floré, un vino tinto espumoso de uvas autóctonas.
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