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PROSECCO

El fenómeno Prosecco: tradición y éxito mundial

El Prosecco es hoy en día el fenómeno enológico italiano más reconocido a nivel internacional, un vino espumoso versátil que ha conquistado las copas de todo el mundo gracias a su carácter inmediato y su agradable sabor. Producido principalmente en las colinas entre Véneto y Friuli-Venecia Julia, debe su éxito al equilibrio perfecto entre calidad, accesibilidad y una identidad estilística inconfundible que encarna la elegancia italiana sin complicaciones. El corazón de este vino espumoso es la variedad de uva Glera (antes llamada Prosecco), utilizada en al menos el 85 % de la mezcla, a veces acompañada de variedades locales como Verdiso, Bianchetta o Perera.

Las denominaciones: desde las colinas patrimonio de la UNESCO hasta la llanura

La calidad del Prosecco se expresa a través de una precisa pirámide cualitativa de denominaciones. En la cima se encuentra el Conegliano Valdobbiadene Prosecco Superiore DOCG, producido en las empinadas colinas entre los dos municipios, territorio hoy reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde la heroica viticultura en pendientes escarpadas todavía requiere mucho trabajo manual. Un escalón más arriba se encuentra el Cartizze DOCG, una microzona de solo 107 hectáreas considerada el «grand cru» del Prosecco. La base más amplia de la pirámide está representada por el Prosecco DOC, producido en nueve provincias entre Véneto y Friuli, que garantiza rigurosos estándares de calidad al tiempo que permite una producción a mayor escala.

Estilos y perfil organoléptico: de la versión más seca a la más suave

El Prosecco se produce principalmente con el método Martinotti (o Charmat), con una segunda fermentación en autoclave que preserva los aromas primarios de la variedad de uva, aunque también existen interesantes interpretaciones del método clásico. Las versiones más comunes se distinguen por su residuo azucarado: desde el Brut (hasta 12 g/l), pasando por el Extra Dry (12-17 g/l) hasta el Dry (17-32 g/l), siendo el Extra Dry el estilo tradicionalmente más apreciado. En copa, el Prosecco presenta un color amarillo pajizo brillante y un perlage vivo y persistente. En nariz destacan frescos aromas de manzana verde, pera, cítricos, flores blancas y glicina, a veces con notas de melocotón blanco y almendra fresca.

Ocasiones de consumo y principales productores

Perfecto como aperitivo gracias a su frescura y facilidad para beber, el Prosecco acompaña magníficamente a entrantes ligeros, primeros platos delicados, pescado y marisco. Su versatilidad lo convierte también en protagonista de la mixología, como base para el Spritz y el Bellini. Entre los productores de referencia se encuentran Bisol, con su gama completa hasta el sublime «Cartizze», Adami y sus interpretaciones territoriales, la precisión de Ruggeri y la elegancia de Col Vetoraz. En la denominación también destacan Bortolomiol, Nino Franco, Andreola y Villa Sandi, mientras que para el Prosecco DOC destacan Astoria, Valdo, La Marca y Zonin. Merece una mención especial el Valdobbiadene Superiore di Cartizze, una pequeña subzona donde productores como Bisol, Ruggeri y Bortolomiol crean expresiones de extraordinaria complejidad y refinamiento.

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