LES VALSEUSES
Les Valseuses es una bodega situada cerca de Arbois, en la región francesa del Jura, pero nació a raíz de un particular encuentro que tuvo lugar lejos de Francia. Antoine Le Court-Chedevergne estaba en Brasil, donde producía entonces cerveza y vino, cuando conoció a Julia, una joven traductora francesa. Poco después, decidieron volver al extranjero para casarse y empezar su nueva vida juntos en Francia. Así, tras varias búsquedas, encontraron una suntuosa casa de 1765 propiedad de un viticultor en Planches-près-Arbois, un pequeño pueblo de menos de cien habitantes.
El lugar está totalmente inmerso en la naturaleza, rodeado de cascadas, animales y plantas, un verdadero paraíso. Los dos decidieron instalarse allí, retomar la antigua tradición vinícola de la familia de Antoine y renovar la casa para convertirla en una cómoda casa de huéspedes.
Todos los vinos de Les Valseuses proceden de uvas compradas en toda Francia a los amigos viticultores de Antoine, principalmente del territorio, como savagnin, chardonnay, trousseau y poulsard, pero también de fuera del territorio, como riesling, sylvaner alsaciano, gamay y molette du Bugeuy.
Sea cual sea su origen, Antoine compra exclusivamente uvas producidas según la agricultura ecológica, biodinámica o en conversión (para ayudar a los viticultores en este delicado paso).
Cada cuvée lleva el título de una canción de artistas que han inspirado a Antoine y Julia en su viaje y sus elecciones.
La casa, dados sus orígenes, está perfectamente adaptada a la elaboración de vinos, ya que cuenta con una bodega totalmente de piedra en la que se trabaja de forma estrictamente natural, sin levaduras añadidas, sin filtración y sin sulfitos, por supuesto. Antoine siempre dice: "Son las uvas las que nos guían, no tenemos muchas reglas ni recetas". Sus vinos son frescos, jugosos, bailados, como su nombre indica, una perfecta representación material y hedonista de artistas como Brel y Gainsbourg, porque la música y la viticultura son dos artes muy parecidas en algunos aspectos, que cuando se encuentran armoniosamente, no pueden sino dar puro placer.
Cada cuvée lleva el título de una canción de artistas que han inspirado a Antoine y Julia en su viaje y sus elecciones.
La casa, dados sus orígenes, está perfectamente adaptada a la elaboración de vinos, ya que cuenta con una bodega totalmente de piedra en la que se trabaja de forma estrictamente natural, sin levaduras añadidas, sin filtración y sin sulfitos, por supuesto. Antoine siempre dice: "Son las uvas las que nos guían, no tenemos muchas reglas ni recetas". Sus vinos son frescos, jugosos, bailados, como su nombre indica, una perfecta representación material y hedonista de artistas como Brel y Gainsbourg, porque la música y la viticultura son dos artes muy parecidas en algunos aspectos, que cuando se encuentran armoniosamente, no pueden sino dar puro placer.
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