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Olivi Le Buche

"Desde niño siempre he sentido un fuerte vínculo con la tierra, tanto que en 1986 decidí comprar "La Sovana", dejé el negocio que antes llevaba con mi hermano Mauro y decidí crear el agroturismo con mi mujer Giovannella. Con el éxito de la nueva actividad compré también la finca "Le Buche", a sólo cuatro kilómetros de "La Sovana", en la que había un viñedo de dos hectáreas y, con mi hijo Riccardo, decidimos emprender un nuevo proyecto vitivinícola apoyados también por el hecho de que nuestros clientes eran amantes del buen vino toscano y de la buena comida. Nuestra tierra es muy apta para la producción de vino, tanto es así que, desde la antigüedad, ya existían grandes viñedos como se puede ver en los antiguos mapas del Catasto Leopoldino de 1826, donde ya existía un gran viñedo llamado "Vignone". Con gran cuidado y meticulosidad hemos realizado un hermoso proyecto, con el apoyo de expertos técnicos como la Dra. Laura Bernini, el Dr. Andrea Paoletti y el Prof. Daniel Shuster, que todavía hoy nos ayudan en esta actividad". Ninguna otra descripción podía ser más eficaz que las palabras de Giuseppe Olivi, que nos cuenta directamente cómo nació la empresa "Olivi Le Buche". Estamos en las tierras de Sarteano, en la Toscana, en el corazón de las colinas de Siena. Aquí funciona desde 2005 la bodega "Olivi le Buche", en la que, además de la familia Olivi, participan desde 2006 los socios Bernadette y Eric Doyle Higghins, este último desgraciadamente fallecido de forma repentina en 2012. Con una superficie total de viñedo de casi treinta hectáreas, las hileras de vides incluyen tanto las variedades autóctonas de Sangiovese, Pugnitello, Malvasia y Trebbiano, como las internacionales de Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Sauvignon Blanc, Syrah y Viognier. En todos los casos, las viñas se cultivan con rigor y meticulosidad, con el máximo respeto al medio ambiente, a la naturaleza y al ecosistema. En la bodega, tras la vinificación, cada vino se envejece según el tipo, persiguiendo el "matrimonio perfecto" entre la madera y la vid, y utilizando de vez en cuando barricas, tonneaux o grandes barriles. El resultado son etiquetas con nombres como "Zelìa", "Orhora", "Memento", "Primaio", "I Puri" y "Tempore". Vinos que, desde el Chianti hasta las burbujas, pasando por los blancos y los monovarietales, ofrecen la más fiel representación del terruño al que pertenecen. Vinos simplemente excelentes.