Paolo Manzone

Durante muchos años Gian Paolo Manzone trabajó como consultor enológico hasta 1999, cuando él y su esposa Luisella Corino decidieron crear su propia bodega. Así, en la localidad de Meriame, en Serralunga d'Alba, en la provincia de Cuneo, una antigua casa de labranza de la familia de Luisella se convirtió en un local apto para la transformación de la uva, la crianza y para recibir a los visitantes y ofrecer degustaciones de vino. Alrededor, como si formaran un anfiteatro, están las hileras de viñedos de Nebbiolo.
Así nació "Cascina Meriame", inmersa en el corazón de las Langhe y del Barolo, dirigida exclusivamente por una familia, dedicada a la producción de Dolcetto d'Alba, Barbera d'Alba, Nebbiolo y Barolo. En la actualidad, la empresa cuenta con unas catorce hectáreas de viñedos que se cultivan y cuidan hasta el último detalle, con un rigor extremo y una atención maniática. En el viñedo, cada elección agronómica es sagaz y precisa, adoptada con el máximo respeto por el equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, el ecosistema y la biodiversidad, para cosechar, añada tras añada, uvas sanas y francas, preciosas, ricas y concentradas en cada pequeño matiz organoléptico.
En la bodega, la filosofía que se sigue no dista mucho de la que se aplica en el viñedo, por lo que, sin perder nunca de vista los más altos estándares de calidad posibles, cada etapa de la producción, desde la vinificación hasta la crianza, pasando por el embotellado y el afinado, se controla cuidadosa y escrupulosamente.
Por eso tenemos etiquetas que llevan los nombres de "Meriame", "Magna", "Ardí", "Fiorenza", "Miriné", "San Giuliano", "Luví" y "Reysú": botellas que llevan la firma de Paolo Manzone, en las que se busca sin ambages la mejor calidad, manteniendo intactas las características particulares de las uvas y exaltando cada rasgo distintivo del territorio. Vinos que hablan del Piamonte más bello en materia de enología.