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Terre a Mano

Aunque la Fattoria di Bacchereto ha pertenecido a la familia Bencini Tesi desde principios del siglo XX, no fue hasta la llegada de Rossella Bencini cuando se produjo el punto de inflexión que dio lugar a la producción actual. Tras una larga serie de asesoramientos enológicos, Rossella decidió, hace unos quince años, tomar las riendas de la finca, conduciéndola hacia un enfoque natural, basado en un riguroso método biodinámico en el viñedo y una mínima intervención en la bodega: así nació el proyecto "Terre a Mano".
Estamos situados en las suaves laderas de Montalbano, en la provincia de Prato, no lejos de Carmignano, en una zona que siempre ha sido idónea para la viticultura. Aquí es donde nos encontramos con la finca de Bacchereto, donde Rossella intenta respetar lo que la naturaleza ofrece con su trabajo.
Entre las hileras de vides, cada decisión se medita y se evalúa cuidadosamente, de modo que el camino emprendido es muy claro, y habla de una producción reducida por planta, de un cuidado minucioso del viñedo sin utilizar herbicidas, abonos químicos ni pesticidas, de la utilización de abonos verdes, del uso exclusivo de cobre y azufre para combatir las enfermedades de las plantas, de la erradicación de las malas hierbas realizada exclusivamente a mano: todo ello con vistas a respetar al máximo el equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, el ecosistema y la biodiversidad.
De una superficie total de casi 170 hectáreas, situada a una altitud de entre doscientos y quinientos metros sobre el nivel del mar, unas ocho hectáreas se dedican al cultivo de la vid. En la bodega, bajo la dirección de Marco Vannucci y Adriano Zago, enólogo y bodeguero de larga trayectoria respectivamente, se siguen las tradiciones más antiguas, de modo que se trabaja sin adición de levaduras ni nada parecido, la crianza se realiza en toneles de roble y el embotellado se lleva a cabo sin ninguna filtración preventiva.
Así, a lo largo de los años hemos podido asistir a un crecimiento constante de toda la producción gracias a unos vinos muy sabrosos, profundos y muy largos. Desde el "Sassocarlo", una mezcla tradicional de Trebbiano y Malvasía, hasta el Carmignano y el Vin Santo, un vino único e inolvidable.