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Tenuta San Giaime

Al parecer, en la Edad Media, los peregrinos procedentes de Oriente Medio que se dirigían a la ciudad española de Santiago de Compostela pasaban por Sicilia, y concretamente por el territorio de San Giaime, de camino a la Vía Francesa, dejando como regalo al santo la vid syrah, originaria de Persia.
Esta es la leyenda, que entre la verdad y la historia ha conseguido que la pasión por el Syrah se transmita de generación en generación, llegando a Gaetano Cicco, a su hijo Salvatore y luego a su nieto Alessio. Y la pasión es la que subyace en la "Tenuta San Giaime", que en Sicilia, en el corazón de las Madonie, en Gangi, en la provincia de Palermo, produce vinos de gran calidad.
Nos encontramos a una altitud de casi mil metros sobre el nivel del mar, y entre las hileras de la empresa la syrah, como se ha dicho, está flanqueada por racimos de grillo, ambas variedades de vid cultivadas según las normas agronómicas ecológicas, y por tanto respetando al máximo el equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, el ecosistema y la biodiversidad.
Aprovechando las exposiciones óptimas y contando con unas características morfológicas y microclimáticas únicas y especialmente adecuadas para el cultivo de la vid, las uvas que se cosechan son sanas y francas, ricas y concentradas en todos los pequeños matices organolépticos. Los racimos se prensan en la bodega y luego se dejan fermentar espontáneamente utilizando únicamente levaduras autóctonas. Sin recurrir nunca a los aditivos sintéticos ni a la química, el vino se envejece tanto en depósitos de cemento como en barricas de roble.
En definitiva, el resultado son unos vinos sencillamente excelentes. Dos etiquetas por el momento, un tinto y un blanco, o mejor dicho (cómo equivocarse...) un Syrah y un Grillo.
Botellas que, al beberlas, expresan toda la pasión mencionada al principio, al tiempo que consiguen transmitir el respeto por la tradición y la apertura a la innovación. Vinos que le gustarán desde el primer momento.