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La Fornacina

Fundada por Ruggero Biliorsi, el primer vino que produjo la bodega "Fornacina" fue el Brunello di Montalcino; esto fue en 1981 y hoy, bajo la dirección de los hijos de Ruggero, Simone y Mauro, el objetivo final de la bodega sigue siendo el mismo: producir vinos de calidad, capaces de exaltar todas las peculiaridades de la tierra que los vio nacer. La bodega, apoyada también por la colaboración con el enólogo Attilio Pagli y el agrónomo Folco Giovanni Bencini, obtuvo la certificación BIO en 2004, una prueba más de cómo la calidad, el respeto al territorio y la salvaguarda de la naturaleza han representado siempre, para esta realidad, prioridades reales e inseparables. La bodega, construida en dos niveles (uno de ellos subterráneo), está diseñada y construida para introducir la dosis justa de modernidad en la producción, permitiendo que todas las fases de producción se realicen en su interior, desde la vinificación, pasando por la crianza, hasta el embotellado. En la actualidad, la empresa cuenta con 5 hectáreas de viñedos, tres de las cuales se extienden alrededor de la finca a una altitud de 400 metros sobre el nivel del mar, mientras que las otras dos están situadas en el lado sur de Montalcino, en la zona de Castelnuovo dell'Abate. La empresa comercializa exclusivamente lo que puede obtener de sus tierras, con una producción media que oscila entre 20 mil y 25 mil botellas al año, repartidas entre Brunello di Montalcino DOCG, Brunello di Montalcino Riserva DOCG (sólo en años excepcionales) y Rosso di Montalcino DOC; el orujo obtenido tras la fermentación se transforma también en Brunello Grappa.
La presencia continua en el viñedo, la cuidadosa selección de los racimos antes y durante la vendimia y la combinación de las uvas de las dos laderas distintas son, en definitiva, los ingredientes principales (y también los más preciados) para la producción de los vinos de indiscutible excelencia de La Fornacina.