La capital de la región será la cuna de la mostaza, pero en las demás partes de Borgoña se habla solo un idioma desde siempre: el del vino. No solo tinto, sino bien a menudo un blanco fresco con una mineralidad envidiable. Desde el Aligoté al Chardonnay, entra en un mundo de viñas que se pierden en el horizonte y de grandes sonrisas. La tuya en primer lugar.
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