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Tenuta Casabianca

La finca de Casabianca se encuentra en el municipio de Murlo, en la provincia de Siena, y ocupa más de 650 hectáreas en una zona antaño habitada por los etruscos, donde los bosques y el matorral mediterráneo son el hábitat natural de jabalíes, gamos, corzos, puercoespines y buitres, y donde los viñedos pintan las colinas onduladas. La finca está dividida en cinco fincas en las que se levantan cinco caseríos perfectamente conservados que datan del siglo XVI, más una casa de huéspedes, fruto de una cuidadosa y rigurosa renovación, respetuosa con la identidad arquitectónica y un entorno de singular belleza. Las imponentes estructuras murales de piedra de Siena crean pisos en su interior, con mobiliario típico de la Toscana y modernas instalaciones, donde podrá disfrutar de una agradable estancia.
En cuanto a la producción de vino, sin embargo, la innovación y la atención al territorio son las consignas que desde hace años impulsan a Tenuta Casabianca a invertir en el viñedo y en la bodega para obtener vinos que realcen plenamente el territorio.
Para ello, la finca ha emprendido un proceso de reconversión que, desde la cosecha de 2015, le ha llevado a obtener la Certificación Ecológica, eliminando el uso de productos fitosanitarios y pesticidas y potenciando e incrementando los mecanismos de autorregulación de los ecosistemas.
Los resultados de esta atención a la naturaleza se han traducido en suelos cada vez más fértiles y uvas sanas y de calidad.
La finca produce una línea de Chianti Colli Senesi DOCG, que incluye un base y dos Riservas, y una línea de IGT, compuesta por dos blancos, un rosado y dos tintos.
Los vinos IGT incluyen "Loccareto", un Canaiolo puro, "Cleo", elaborado con uvas vermentino y viognier vinificadas por separado -vermentino en acero y viognier en barricas- y luego mezcladas, intenso en nariz y satisfactorio en boca, ideal para las tardes de verano, y un rosado, 100% Sangiovese.