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Saint Clair

Propiedad de Neal y Judy Ibboston, Saint Clair se fundó en 1978 como una bodega dedicada inicialmente a la producción de uvas, que se cultivaban y cosechaban para entregarlas a las bodegas locales. Sin embargo, con el paso de los años, el deseo de producir etiquetas a partir de sus propias uvas llevó a la empresa a expandirse, y en 1994 se construyó la bodega y nació la finca familiar Saint Clair.
Estamos en Nueva Zelanda, concretamente en la región de Marlborough, donde las condiciones climáticas, las exposiciones y la composición de los suelos han hecho que esta zona sea especialmente adecuada para el cultivo de la vid, y es aquí donde el Sauvignon Blanc ha encontrado uno de sus mejores hábitats naturales de elección. Neal y Judy fueron de los primeros en creer en el potencial del Sauvignon Blanc en esta zona y hoy, poco menos de cuarenta años después de su fundación, la bodega Saint Clair es el sinónimo indiscutible del mejor Sauvignon Blanc de la zona de Marlborough, si no de Nueva Zelanda.
Con varias parcelas de viñedo, todas ellas situadas en el extremo norte de la región, Saint Clair aprovecha todo lo que tiene de especial la zona de Marlborough, donde las hileras, protegidas a ambos lados por altas montañas, reciben la cálida luz del sol durante muchas horas al día, mientras que por la noche se refrescan con el descenso de las temperaturas. Esto da lugar a uvas ricas en azúcares y aromas, pero que, gracias a la amplitud térmica entre el día y la noche, tienen también una excelente acidez. En la bodega, el valioso trabajo de la naturaleza se ve potenciado por la mano del hombre, que se sirve de herramientas muy avanzadas y de las más modernas tecnologías enológicas.
Así es como, a pesar de haber sido siempre una empresa familiar, la compañía Saint Clair se ha consolidado en todo el mundo desde hace muchos años, ya que sus Sauvignon Blancs cuentan la mejor esencia que las tierras neozelandesas son capaces de expresar.