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Olivini

Famiglia Olivini fue fundada en 1970 y siempre ha perseguido la valorización del territorio, elevando la lugana a símbolo de su producción. Esto se consigue gracias a la caracterización de esta variedad de vid, cuyos viñedos se seleccionan a partir de las plantas más antiguas, con el fin de crear nuevas plantas en las que no se pierda el patrimonio genético y las peculiaridades de Lugana.
Nos encontramos a un paso del lago de Garda, exactamente en San Martino della Battaglia, una aldea del municipio bresciano de Desenzano del Garda. En una zona con fuerte vocación vitivinícola, la familia Olivini lleva produciendo vino desde antiguo, por lo que las nuevas generaciones no han hecho más que continuar la tradición, combinando la propia tradición con una visión empresarial atenta a la evolución tecnológica, sin desvirtuar las fases más importantes de la producción.
Así es como el pasado y el futuro se unen, con el único objetivo de producir vinos que sean expresión de un territorio especial y aún poco conocido por el público en general. Entre las hileras de vides, se cuida al máximo el cultivo de cada planta, y las vides se cultivan con el máximo respeto por el medio ambiente, la naturaleza y el ecosistema. En la bodega se utilizan siempre los equipos enológicos más modernos, sin superar nunca las tradiciones locales más antiguas, y sobre todo se utilizan con el fin de valorizar lo que la estación y el territorio han sabido expresar en la fruta.
De todo ello nacen etiquetas que actualmente se encuentran entre las mejores que pueden ofrecer las orillas del lago de Garda. Desde el Lugana, interpretado en las versiones still dry, Spumante Metodo Classico y Dolce, hasta el Chiaretto del Garda y los Tintos, para concluir con los destilados: cada botella que sale de la bodega de la familia Olivini habla de una antiquísima herencia vitícola, hoy reinterpretada en clave moderna, pero respetando de forma absoluta todas las características peculiares de un terruño único.