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Le Chiuse di Sotto

La historia de la que es una de las bodegas más características de la zona de Montalcino comenzó a finales de los años 80, en 1987 para ser exactos, cuando Gianni Brunelli compró los terrenos de "Le Chiuse di Sotto", donde su padre Dino trabajó en el pasado. Al principio había cinco hectáreas de viña, pero más tarde Gianni compró otras cuatro hectáreas cerca de la zona de San'Antimo.
La filosofía que siempre se ha seguido es la de respetar la tierra y el medio ambiente, sin utilizar fertilizantes ni pesticidas. Entre las hileras, las vides se conducen por el sistema de cordón espolonado, de acuerdo con la tradición ilicitana, y la densidad de plantación es de 4.500 vides por hectárea. La variedad que se cultiva es una sola, el Sangiovese Grosso, que sólo se encuentra en Montalcino. En suelos de textura media y disfrutando de unas condiciones especialmente favorables para la viticultura, se recogen uvas finas, francas, ricas y concentradas en todos los matices organolépticos. Estos racimos se transforman y potencian en la bodega, buscando ante todo que la tierra y la estación hablen por sí mismas, exaltando cada mínima peculiaridad contenida en la fruta, y enriqueciendo al mismo tiempo el vino con las importantes notas terciarias que aporta la crianza en madera, de acuerdo con la tradición de la denominación. Hoy en día, la esposa de Gianni, Maria Laura Vacca, está al frente de "Le Chiuse di Sotto" y continúa el camino iniciado por su marido, logrando un éxito continuo y, sobre todo, poniendo en su trabajo toda la pasión y el amor que el propio Gianni le transmitió a lo largo de los años. El Rosso di Montalcino y el Brunello di Montalcino continúan así entre los más excelentes de la zona. Vinos históricos, aquellos que vienen de la mano de Gianni Brunelli y que llevan la etiqueta "Le Chiuse di Sotto": vinos que todos los amantes y entusiastas del vino deberían probar al menos una vez en la vida.