Laura Hartwig

En 1966, Laura Bisquertt recibió de su padre la finca Santa Laura, adquirida en 1928 y situada en el corazón del Valle de Colchagua, a unos 130 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Durante años, el marido de Laura, Alejandro Hartwig Carta, dirigió la finca con cultivos herbáceos y ganado, hasta que alrededor de 1980, al darse cuenta de la creciente demanda en el mercado norteamericano de variedades de uva clásicas francesas, decidió reconvertir la finca.
Aprovechando las favorables condiciones climáticas de la región, nació la bodega Laura Hartwig, que desde el principio ha perseguido el objetivo de producir vinos superiores que complementen la mejor cocina internacional. Como empresa familiar, cada etapa de la producción se controla meticulosamente, tanto entre las viñas como en la bodega. En el proceso de elaboración del vino se utilizan las tecnologías más modernas y avanzadas, y al mismo tiempo las instalaciones se han diseñado para minimizar la manipulación de la uva, el mosto y el vino. Por último, una sala especialmente subterránea está dedicada al envejecimiento. Así nacen etiquetas de valor absoluto, refinadas y elegantes pero con carácter al mismo tiempo, diseñadas y obtenidas para satisfacer los paladares y gustos más exigentes.