Elena Walch

Si, por un lado, el Alto Adigio es una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas, no sólo de Italia, por otro, al tratar su producción es imposible no mencionar una de las bodegas que más representa la excelencia de toda una región: Elena Walch.
Las dos magníficas fincas, la primera a orillas del lago de Caldaro y la segunda en el corazón de la pequeña ciudad de Termeno, ambas al sur de Bolzano, son un punto de referencia absoluto para todos los amantes del vino más expertos y conocedores. Los vinos que se producen aquí son, de hecho, ejemplos impecables de la mágica unión que se da entre el terruño, las vides más típicas de la zona, y la bodega.
Castel Ringberg, Kastelaz y Minori: Dividida en tres viñedos distintos, la bodega cuenta actualmente con un total de más de 30 hectáreas de viñedo, con una producción media anual de 500.000 botellas.
Entre las hileras de vides, las plantas se cuidan con manía, casi como si fueran sus propios hijos, y se crían con pleno respeto al medio ambiente y al ecosistema. En la bodega, cada etapa de la producción está pensada para realzar las características varietales de la fruta y los matices minerales que el suelo aporta a la uva.
Desde la fundación de la empresa en 1988, los vinos que llevan el nombre de Elena Walch han alcanzado renombre y prestigio internacional, desde Lagrein, Pinot Noir, Gewürztraminer, Pinot Blanc, Chardonnay, Merlot, Sauvignon y muchos otros. Todo ello ha sido posible gracias a una rara sensibilidad: la gran tradición vitivinícola que se ha transmitido con el máximo respeto a la vid, la escrupulosa atención en la bodega y el apoyo de técnicas vanguardistas que potencian el trabajo del hombre. El resultado son unos vinos maravillosos que destacan por su limpieza, elegancia y carácter internacional.