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Cantine Carpentiere

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A más de 450 metros sobre el nivel del mar, en el Parque Nacional de la Alta Murgia, las Bodegas Carpentiere se enorgullecen de mantener la tradición centenaria de la viticultura apulense, cultivando sus propios viñedos en las colinas situadas frente al castillo frédico de Castel del Monte.
De hecho, es precisamente en el lugar donde el emperador Federico II cazaba con sus halcones donde Cantine Carpentiere cultiva ahora con pasión uvas sanas y ricas con las que, siguiendo la tradición, se elaboran vinos finos, llenos de sabor y de fuerte carácter.
Perfectamente integradas en el entorno de Murgia, las Bodegas Carpentiere vinifican sus uvas en una estructura moderna y tecnológicamente avanzada; las viñas, cultivadas con sistema de espaldera o plantón, en suelos calcáreos y de guijarros, conservan lo mejor de las variedades autóctonas e internacionales, entre las que destacan el nero di Troia, el bombino nero, el merlot y el cabernet sauvignon.
Las características cársticas del suelo aportan frescura y mineralidad a los vinos, mientras que el microclima, marcado por grandes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, permite preservar el componente ácido de las uvas. El trabajo en el viñedo tiene como objetivo potenciar las auténticas prerrogativas de la vid y de la tierra en la que se cultiva, y las vendimias se gestionan siempre de forma que las uvas se recojan cuando están perfectamente maduras, para aprovechar lo mejor que puede dar la naturaleza.
En Cantine Carpentiere, la fermentación se realiza a baja temperatura y durante largos periodos de tiempo, favoreciendo así la evolución natural del propio vino, mientras que para la crianza se utilizan grandes barricas con el fin de preservar las auténticas características de las viñas.
Los viticultores de Cantine Carpentiere trabajan en la defensa de su territorio, tan único y precioso; Los viticultores de Cantine Carpentiere trabajan para defender su territorio, tan peculiar y precioso; aquí, de hecho, es posible admirar tanto los signos de la presencia del hombre a lo largo de los siglos, desde los muros de piedra seca hasta las granjas, desde los jazzi utilizados para la trashumancia hasta las cisternas subterráneas y los ventisqueros, como los rasgos de una naturaleza exuberante, que se entrega generosamente al hombre con una fauna y una flora muy ricas, en las que destacan el Falco Grillaio (halcón), el lobo, los robledales y las esencias de la estepa de Murgia.


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