Fonterenza

Francesca y Margherita Padovani, hermanas originarias de Milán, han pasado gran parte de su tiempo libre en la granja Campi di Fonterenza desde que eran niñas, creando un fuerte vínculo con esta maravillosa zona. La primera que optó por quedarse en el campo y cultivar la tierra fue Margherita, que, tras trasladarse definitivamente desde Milán en 1997, empezó a cuidar los olivos. Más tarde, en el año 2000, se le unió su hermana. La pasión por el vino se reforzó con la plantación de su primer viñedo en 1999. La pasión creció junto con la atención a las plantas, cultivando y cuidando el viñedo personalmente. La elección de la agricultura ecológica y posteriormente biodinámica, y la búsqueda constante de un equilibrio con la tierra cultivada remiten a este vínculo. Lo mismo ocurre con el propio proceso de elaboración del vino. Las dos hermanas se definen como "productoras naturales", un término que explica mejor su filosofía de trabajo.