Bellavista

No hay aficionado que, al nombrar las que son las mejores Franciacorta de todos los tiempos, no piense inmediatamente en algunas de las botellas producidas por una de las "maison" más importantes de la zona de Brescia: Bellavista.
La historia de esta importantísima bodega tiene raíces lejanas: fue en 1977 cuando Vittorio Moretti decidió invertir en el campo de los alrededores de Erbusco, con la intención de producir vinos espumosos que rivalizaran en calidad con los famosos champagnes franceses. Una visión que se hizo realidad de la nada, con el nacimiento de un tejido productivo probablemente único por su dinamismo y crecimiento cualitativo. El nombre de la bodega deriva de la colina en la que se encuentra, y desde la que se puede contemplar el lago de Iseo, el valle del Po y los Alpes cercanos: un lugar de rara belleza. Hoy en día, Bellavista se beneficia de más de cien parcelas repartidas por todo el territorio de la denominación, fuentes de la diversidad geológica y climática que es la base del éxito de esta bodega, símbolo no sólo de Franciacorta sino de todo el vino italiano.
Las botellas que salen cada año de la fábrica de Erbusco destacan por su elegancia y precisión estilística, hasta el punto de ser inmediatamente reconocibles. Un verdadero "estilo Bellavista".
En la actualidad, la superficie plantada de vid se acerca a las doscientas hectáreas, para una producción de casi un millón y medio de botellas al año. Brut, Extra Brut, Satèn, luego el Vittorio Moretti Reserve, Nectar, el insuperable Alma Gran Cuvée y el fantástico Pas Operé: todas las etiquetas que llevan el nombre de "Bellavista" son desde hace años un punto de referencia firme e indiscutible para todos los amantes de las burbujas de Franciacorta. Los vinos espumosos, los que salen de la bodega Erbusco, son un símbolo indiscutible de la más alta calidad Made in Italy, y un sinónimo indiscutible de originalidad, calidad y excelencia.