Alberto Oggero
Alberto Oggero es un joven con grandes esperanzas, fuertemente arraigado en la región de Roero, en el Piamonte.
Estamos situados en la porción de tierra de la orilla izquierda del río Tanaro, entre la llanura de Carmagnola y las colinas bajas de la región de Astigiano. Como en muchas otras zonas del Piamonte, la viticultura tiene una historia que se remonta a miles de años atrás: de hecho, la producción de vino se desarrolló mucho antes de la llegada de los romanos, desde la presencia de los ligures, y ha continuado con intensidad creciente hasta nuestros días. Lo que más llama la atención del Roero, y que siempre ha cautivado el alma de Alberto, es la notable variedad de paisajes que, junto a los viñedos, ven también la presencia de numerosas zonas cubiertas de bosques y huertos.
Fue en este "marco" donde Alberto decidió plantar un nuevo viñedo desde cero, creando su propia bodega a partir de un concepto granítico: los vinos que se elaboraran tendrían que ser lo más territoriales posible.
Con la ayuda de su familia y sus colaboradores, Alberto comenzó a trabajar, dedicándose a las cepas típicas de la zona, arneis y nebbiolo, libres de expresarse según la parcela de origen. En la actualidad, el número total de hectáreas plantadas de vid es de algo más de cuatro, con una producción total de unas 16.000 botellas por cosecha.
El enfoque es "natural" tanto en el viñedo, donde se sigue todo el ciclo de la vid sin forzarla, como en la bodega, donde la fermentación es estrictamente espontánea y la producción se sigue con rigurosa atención a cada detalle.
El arduo trabajo realizado por Alberto se traduce hoy en una gama de cinco etiquetas producidas, desde el "Valle dei Lunghi" hasta el "Sandro d'Pindeta", pasando por un Rosso Riserva realmente digno de mención.
Una gama que sorprende por la capacidad del Arneis de evolucionar en el transcurso de los próximos años, mientras que el Nebbiolo se muestra inmediatamente muy bebible y "fácil" de beber, derribando así la suposición más común sobre ambas variedades y demostrando la voluntad de Alberto de sorprender.
