Untitled-1

Al-Cantàra

Hay una razón por la que en los últimos años la zona del Etna ha vuelto a estar en el candelero con tanta fuerza. Pocas zonas del sur de Italia pueden presumir de la finura, la elegancia y el marcado carácter territorial de los vinos de lo que muchos llaman el "valle de la montaña sagrada". Una cuenca que comienza justo antes de Randazzo y termina justo después de Castiglione di Sicilia. Una zona surcada por el río Alcántara, el mismo que unas decenas de kilómetros después desemboca en el Mediterráneo, no lejos de Giardini Naxos. Aquí nace, no por casualidad, "Al-Cantàra", una bodega cuyo nombre no sólo pretende enfatizar el vínculo con la tierra que la rodea, sino ir más allá, ya que "Al-Cantàra" es un término que significa "puente" en árabe, por lo que la bodega, al igual que con un puente -símbolo tradicional de unión- quiere vincular arte, vino y poesía. Propiedad de Pucci Giuffrida, Al-Cantàra es una joven bodega fundada en 2005, que en pocos años ha atraído la atención de los amantes del vino gracias a su excelente y constante producción de vinos equilibrados y refinados, características que también se encuentran en la mejor poesía y en las obras de arte. Se extiende a lo largo de 20 hectáreas, pero la superficie de viñedo abarca unas 15 hectáreas y su producción anual es de una media de 100 mil botellas. La empresa sigue una filosofía muy precisa, tanto en el viñedo como en la fase de producción. En Contrada Feudo S. Anastasia SP 89, en el territorio del municipio de Randazzo (CT) a 650 metros sobre el nivel del mar, Las vides crecen en pleno respeto de la naturaleza, el medio ambiente y el ecosistema, y entre las filas las variedades son tanto autóctonas del Etna como internacionales, por lo que encontramos racimos de Nerello Mascalese (el punto fuerte de la empresa), divididos en diferentes variedades como rojo, blanco, rosado y passito, Nerello Cappuccio, Carricante, Grecanico, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir, además de las antiguas variedades de olivos: Nocellara Etnea, Brandolfino y Nocellara Comune. Uvas que dan lugar a nombres muy precisos, como "Lu Veru Piaciri", "O'Scuru O'Scuru", "Occhi di Ciumi", "Luci Luci" y "Amuri di Fimmina e Amuri di Matri", por citar algunos. Etiquetas que son hijas del Etna más auténtico, cuyas tierras de lava son quemadas por el sol y barridas por los vientos, pero que también son capaces de producir vinos únicos y difíciles de igualar.